El día de la madre le cayó un regalazo a Elena: una sesión de fotos en exterior de parte de su bonita familia. Ainss… ojalá a mi me regalasen cosas así de chulas, a penas tengo fotos de familia! Y es que ya se sabe: en casa del herrero… En fin, que escogimos el atardecer más bonito y caluroso de la historia y nos fuimos a disfrutar del regalo de Elena. Un campo de trigo bien doradito, unos sombreros de cowgirls y una cámara instantánea (con carga!) fueron suficientes para hacer de un atardecer cualquiera, una aventura loca! El resultado no puede gustarme más, pero es que esos cabellos dorados bailando entre el trigo no se podían aguantar! Y esos estilismos tan naturales… y esos ojazos que tienen todos… y ese amor que gasta una familia unida de verdad! Pasamos un rato entrañable del que salieron fotos de familia para siempre!!
Far & wild west
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